MARZO: Un mes de película


¡Hola mis queridos lectores! Antes que nada una disculpa por no reportarme antes, espero que no se hayan quedado preocupados por el post anterior. Pero les tengo una historia que tiene que ser contada. Así que vayan por galletas, por un vaso de leche y acomodanse en su asiento o cama.
¿Listos? Perfecto.

ANTECEDENTES
Todo empezó hace dos semanas. Me encontraba en una situación un poco difícil porque necesitaba dinero para comprar unos libros que me hacía falta para completar un capitulo de mi tesis. Gracias a Dios, me cayó un trabajo de emergencia y puede pagar mis libros. El sacrificio por ese trabajo fue estar 24 horas despierta y tener un dolor terrible en la espalda. A la mañana siguiente de ese trabajo, no tuve tiempo ni de pegar un ojo por que tenía pendientes que atender. Eso si en la noche, me dormí súper temprano (11pm) y ya no supe del mundo.

39 GRADOS, SÁBADO POR LA NOCHE
El sábado fui a mi clase de ingles. Hice planes con mis compañeras para ir a comer a forum. Necesita un poco de aire fresco y relajarme un rato, socializar un poco. Saliendo un terrible examen de ingles, nos fuimos a forum y lo que pedimos estuvo riquísimo. Quedé llenísima y muy satisfecha. Regresé a mi casa y como no me había recuperado de la desvelada, tomé una larga siesta. Desperté como a las 7pm, y como seguía llena, solo me comí un bolillo relleno de queso que mi papá me regalo. Después de mi aperitivo,  estuve limpiando mi escritorio (donde estoy escribiendo en este momento). Pasé a retirarme a las 9pm a mi habitación, pero ya me sentía mal, debilitada, presintiendo que me iba dar fiebre otra vez. Llegando a mi cuarto, me acosté y encendí la televisión. Traté de relajarme, pero de pronto empecé a sentir frío. Estaba temblando. Estaba con la mentalidad de que pronto se me pasaría y no les dije nada a mis padres. Pero después de una hora, ya no pude más y tuve que recurrir a ellos. Me estaba muriendo de frío. Mi mamá me tomo la temperatura: 39 GRADOS. No podía pensar en nada. Temblaba tanto que hasta castañeaba mis dientes. La primera conclusión que llegamos fue que la comida de forum me hizo daño. La segunda, que ya cargaba con una fuerte infección. Llamaron a la doctora de la familia y me recetaron medicamento fuerte. Agarré mi laptop y puse música para tranquilizarme. Tenía muchos trapos en mi cuerpo y no duraban mas de 5 minutos en mi cuerpo. Era increíble que mi cuerpo estuviera hirviendo en fiebre y que sentía un frío, era como estar en Puebla en diciembre en traje de baño. Así de frío. Después de muchas pastillas ingeridas, dormí un poco. No tuve una buena noche. Los efectos de la pastilla solo duraban unas 6 horas. Rezaba a cada rato para que no empeora mas.

LA PESADILLA COMIENZA
El domingo fue un día difícil. No quería bajar a la sala. Tenía mucho frío, temblaba como desesperada. Me envolvieron en un montón de mantas para que no sintiera frío. Pero mi cabeza ardía en fiebre. Me ponían a cada rato trapos con hielo sobre mi cabeza. El dolor de cabeza era insoportable, pero aun teniendo eso, bajaba muy poco la fiebre. Quería continuar con mi trabajo de tesis, pero mi ojos no podían soportar la luz de la laptop. Tuve que darle una pausa, pensado que al día siguiente estaría mejor.
En la noche, cené mi platillo favorito para levantarme los ánimos. Gran error. Para acabarla de amolar, la gastritis se hizo presente y sentía que se regresaba todo lo que que había cenado. Temía por terminar vomitando. YO REALMENTE ODIO VOMITAR. Otra mala noche se presentó. No estaba mejorando, estaba igual o peor que el sábado. Despertaba a cada rato a bañarme y a tomar pastillas. Aun sentía la comida ácida en mi garganta. Me preocupa porque si le hacía más daño a mi garganta, ya no podría cantar después. Rezaba a cada 5 minutos para que no vomitara, para que me curara y para salir de esta horrible pesadilla.
Llega el lunes. Por razones de fuerza mayor, tuve que quedarme a casa. Desperté a las 10am, otra vez tenía una ataque de frío. Pensaba con frecuencia "¿Cuanto acabará esto? ¿Realmente lo merezco por trabajar tanto en mi tesis? ¿He descuidado mi salud solo por un papelito donde dice que eres diseñadora gráfica oficialmente?". No podía pararme, el frío me controlaba y mas a parte tenía el presentimiento de que iba a regresar la cena. Me armé de valor y me metí a bañar. Me costó trabajo meterme a la regadera, temblaba mientras el agua corría por mi cuerpo. Estuve ahí como unos 15 minutos, esperando que bajara la fiebre. Después, me cambie y bajé a desayunar. Solo estaba mi abuelo en casa. Me preparé algo ligero de desayuno, agarré mi trapo con muchos cubitos de hielo y me senté a comer. Se me hacía agua la boca y eso quiere decir que estaba lista para vomitar. Salí corriendo al primer baño cerca y vomité. Mi abuelo estaba muy espantado, rápidamente corrió ayudarme. Realmente fue un tormento, pensé exagerando que se me iba salir los órganos de la boca. Luego de eso, abracé a mi abuelo y le pedí perdón un millón de veces por haberlo espantado. Llego mi abuela, y rápidamente le conté todo y habló con mi mamá. Ella le hablo a la doctora y me recetaron una inyección contra el vomito. No tuve ni tiempo para pensar si iba hacer dolorosa o no, yo quería curarme. Traté de comer una manzana, pero a la media hora vomité otra vez, pero esta vez también regresaba la pastilla para controlar la fiebre. Imaginen el terror que estaba pasando, no podía comer y no podía medicarme. Me tenían a puros trapos con hielos. Luego, traté de tomar agua de naranja y también lo vomité. Ya ni agua podía tomar. Estuve todo el día sin probar bocado. Todo lo que veía, ya sea en la tele o lo que comían los demás, me daba asco. En la noche, mi mamá me inyectó una ampolleta contra el vomito, para que pudiera comer algo. Fue doloroso, me ardió bastante ya que la ampolleta era de aceite. Pero valió la pena, pude comer un pan tostado y un vaso de Peñafiel de manzanita rebajado con tehuacan. No me gusta, pero tenía que hacerlo. El hambre es el hambre. Otra mala noche de fiebre. Llegando a desesperarme, me levanté a mitad de la noche a tomar mi medicamento y escuchar música para ayudarme a calmarme y dormir.

LA CRUDA VERDAD
Al día siguiente, pasó lo mismo que el lunes a excepción de vomito. Eso creí. Bajé a la sala y como había quedado un poco de Peñafiel y tehuacan, decidí tomarlo como desayuno ya que tampoco podía tomar mucha agua. Tomé mis pastillas, me recosté un rato y me relajé. 45 minutos después, vomité. Ya era la cuarta vez. Ya estaba desesperada y mi mamá también. En seguida, llamaron a la doctora y me pidieron hacer análisis de sangre. Como no había comido nada, llevaba ventaja. Ese día perdí el glamour, no estaba ni maquillada ni nada, vestía solo un pants y playera grande; estaba tan enferma que me deprimía. Me sacaron sangre. Tenía miedo de saber que enfermedad tenía. Pero lo sabría en unas dos horas. En mi desesperación, le pedí a mi mamá un Gatorade. Me supo a gloria, lo malo es que tenía que beberla en sorbos muy pequeños para que no lo vomitará. Regresé a casa y me dormí un rato. Dos horas después, me llevaron al consultorio. La doctora me revisó mi cuerpo. Había leído los resultados y no le gustaba lo que veía. Empezó a presionar mi estomago y mi abdomen. Me dolía un poco. La doctora estaba extrañada de que no gritaba desesperadamente por el dolor. Siguió presionando mi abdomen y encontró el problema. Efectivamente era una infección muy fuerte. Era mi apéndice. Llego a la conclusión de que tenía apendicitis y que tenía que ser operada. Al principio, pensé "Bueno, me da tiempo de terminar unos trabajo y avisar a todos". Creo que mi mente aun no captaba la idea de estar en un quirófano abriéndome un poco mas abajo de mi abdomen. Pero lo que me dijo la doctora jamas se me va a olvidar: "Tenemos que operarte hoy en la noche, si no lo hacemos hoy, podría ser peligroso para ti ya que están alterados los análisis". Estaba acostada, aun no me caía el veinte. OPERACIÓN. HOY. EN LA NOCHE. No podía creerlo. Pensaba en lo doloroso que iba hacer. Tenía que suspender compromisos y proyectos. Solo pensaba en mi tesis. La tesis se había vuelto el centro de mi mundo. Casi casi en mi pareja. Otra cosa, tenía que mandar el pago de mis libros, era la fecha limite. Se había arruinado todo mi plan de acabar la tesis en marzo. Me incorporé y ya habiendo captado el mensaje, rompí a llorar. No tenía tiempo ni de pensarlo. Tenía que operarme ese día, esa noche. Tenía miedo, ya que nunca me habían hecho un cirugía (solo el de los ojos, pero no me dejó cicatriz), tendría mi primera cicatriz en mi cuerpo. También me preocupaba de donde íbamos a sacar dinero para la cirugía, como iba a reaccionar mi papá y mi abuela. Pensaba en todo. Menos en mi salud, que si no lo hacía no podría cumplir mis metas o que las consecuencias iban hacer peores. La doctora me convenció de hacerlo. Me resigne y acepte operarme. No tenía de otra. La cirugía estaba programada para las 9 de la noche de ese martes.
Empecé a mandar mensajes de texto a mi familia, mis maestros y amigos cercanos. No faltaron los mensajes de asombro y de animo. Eso medio un poco mas de valor. Ellos me querían sana.
Regresando a casa, me inyectaron otra vez para que pudiera comer algo antes de guardar ayuno por seis horas. No pude comer casi nada, solo 3 sorbos de caldo de pollo y un poco de sorbos de agua. Me volví a bañar porque ya no podía ingerir nada. Este un buen rato en el baño. No me bajo mucho la fiebre pero aun así me alisté para ir a que me sacaran unas radiografías.

LA ESPERA ES LARGA
Estuvimos una hora buscando quien me sacará las radiografías. Ya que encontramos a uno, estuvimos esperando como unos veinte minutos a que pasará. Creanme que ese día me desvestí como unas seis veces. Me sacaron las radiografías y la tecnología ya ha avanzado. Mientras me tomaba las placas acostada, ya estaba preparada psicológicamente para ser operada. Suspiré y me dije a mi misma que todo iba salir bien. Me vestí y regresé a la sala de espera. Estuvimos esperando una hora para que me dieran mis placas porque tenían que hacer la interpretación. Preguntamos porque se tardaba tanto en entregar, la secretaría nos comentó que el doctor estaba analizando el problema y que posiblemente me iba a someter a un ultrasonido. Dicho y hecho pasé al ultrasonido. Me dio penita porque tenía que bajarme un tercio de mi pants y de mi ropa interior y porque un doctor me iba a toquetear. Pero cuando entró el doctor... OMG! me quedé de a seis, estaba súper guapísimo, casi se me cae la baba de verlo. En mi mente perversa me decía: "Le doy permiso, haga su trabajo". Pero no crean que fue placentero. No, no, no. Al contrario, ahora si me dolía la zona donde se encontraba mi apéndice. El único consuelo era que podía ver esa belleza vestido de doctor. Terminado eso, me entregaron mis placas y nos fuimos al consultorio. Confirmando lo que tenía, tenía apendicitis. Estaba mas resignada que antes. Me internaban a las 7pm. Solo tenía una hora para alistarme. Me bañé e hice mi maleta. Mi mamá me iba a cuidar en la noche. Me despedí de mis abuelos, me dieron la bendición y partimos hacia el hospital. Llegamos a tiempo. Me pasaron a un cuarto. Séptima y ultima vez que me desvestía ese día. Llegó el momento de ponerme el taquete. Tenia miedo porque jamas me habían puesto uno y muchos me han dicho que esa cosa duele mucho (por no decir 'un chingo'). Los enfermeros no me encontraban la dichosa vena. Me picaron, me pegaron en la mano y en el brazo. Resultaba que tengo las venas delgadas y terminaron poniendo un taquete de bebé. #WIN
Después paso algo que no les puedo contar aquí porque fue algo muy intimo. Solo les puedo decir que me volvieron a toquetear. Luego me pusieron un montón de medicina a través del suero. Llegaron mis padres y un tío acompañarme mientras daba la hora de la cirugía. Me dio algo de fiebre, pero con el aire acondicionado me enfrió un poco. Estaba algo nerviosa porque ya faltaba una hora para la cirugía. Pero estaba preparada para afrontarlo. He vivido cosas peores y lo he afrontado. "Podré con esto" eso dije.

CIRUGÍA
Con media hora de retraso, llegó el doctor que me iba a operar y mi doctora (le pedí de favor que me acompañara al quirófano para tener alguien de confianza durante el proceso) Me llevaron a la sala del quirófano. Hacía frío. Me acostaron en una cama de metal. Se presentó el anestesiólogo y me digo que me iba a poner anestesia local. Eso no lo tenía contemplado. La pobre ilusa de mi pensó que la anestesia se ponía a través del taquete. Bueno, si lo hacen, pero conmigo no iba hacer así. ERROR. Me pidieron que me pusiera en posición fetal. Ahí la vi negra, porque no tenía ni idea de que se sentía. Ni tiempo me dio de preguntar que se sentía. Lo tuve que descubrir por mi propia cuenta. Típico que te dice "Eso solo un piquete" *palabra censurada* Pues si, fue un piquete. Pero lo que vino después ya no fueron piquetes, fueron dolores fuertes. Todo lo recibió mi espalda. Primero sentí un dolor terrible,como si fuera una inyección de ampolleta de aceite, pero elevado a la 3era potencia. Luego sentí que una manguera se introdujera en mi espalda. Pero el tercero fue el peor de todos. A mi lado estaba la doctora de confianza, me agarro la mano y me decía "Piensa en algo bonito, un lugar, un recuerdo que tengas". La ultima inyección fue fatal, sentía muchos calambres que me retorcían por dentro. Traté de pensar en el día que fui al concierto de Tokio Hotel o imaginarme que estaba en San Cristóbal, pero el dolor los borró de mi mente. Fueron los dos minutos mas horribles y dolorosos que he tenido. Terminé con la frente empapada en sudor. Me acosté otra vez. Ya había pasado lo peor (eso pensaba en ese momento, obviamente faltaba lo demás). A petición, me dieron un sedante para calmar mis nervios. Cuando me pusieron el lector de los latidos, rapidito me di cuenta lo nerviosa que estaba, estaba muy acelerado. Me extendieron los brazos, como crucificada. Era tiempo que me tranquilizara porque si no los doctores no podrían hacer su trabajo. Cerré los ojos y respiré hondo varias veces. Me decía para mis adentros "Calmate, tranquila, relajate". Empecé a perder la conciencia. Podía escuchar las voces de los doctores, no sabía lo que decían, pero se que eran ellos. Estaba perdida.
Supongo que el efecto del sedante ya había pasado, me despertaron. Lo primero que me dijeron es que ya había concluido la cirugía. Me dice "Ya pasó todo, si solo cerré los ojos un momento". Lo primero que vi fue un órgano con sangre, la doctora me dijo que era mi apéndice. Estaba muy confundida. No supe a que horas me pasaron a una cama movible y me pasaron a dejar a mi habitación. Entrando ahí estaba mis padres, mis tíos y mi prima. Estaba mas consiente cuando llegue a mi cama. Me empezaron a preguntar como me sentía. Se me cruzaban algunas palabras, pero pude contestar. Llegaron enfermeras a atenderme, me picaron el dedo para medir la glucosa de la sangre, me daban medicamento vía suero y me checaban la temperatura.
La doctora se hizo presente y me dijo la razón de la infección. Resulta que una bolita de excremento se introdujo a mi apéndice infectándolo y haciendo tener fiebre, vomito y asco. Cuando capte el mensaje me dije: "¿Esto tiene que ser una *palabra censurada* broma?". Solo me quedó reírme de lo estúpido que fue esta situación. Me enferme de la manera mas estúpida. No tarde mucho para quedarme dormida. No quería pensar en otra cosa.

SOY MAS FUERTE DE LO QUE CREÍ
A la mañana siguiente, desperté muy temprano. Mejor dicho, me despertaron. Entre inyecciones y piquetes en el dedo, fui perdiendo el sueño. A las 8am, me vi obligada a levantarme para ir al baño. Estaba preparada para aguantar el dolor y caminar. Cuando me levanté de la cama, con ayuda de la enfermera  y de mi mamá, no sentía dolor. No les miento, si me dolía, pero era como cuando te das un golpe con algún mueble. Pude caminar, no perfectamente, pero mis piernas se sabían el "1,2". Llegue al baño y no hubo problema. Salí aliviada de ahí y regresé a la cama. Mi mamá estaba asombrada porque no sentía dolor en la herida. Creo que mis padres me diseñaron bien para aguantar los golpes, me gustaría decir lo mismo sobre mis sentimientos.
Llegó el desayuno. Solo me dieron una taza de té de manzanilla y una gelatina. No me gusta el té, pero la necesidad era enorme. Era lo mas parecido al agua. Me supo a gloria todo, y con mayor razón porque no había comido en dos días. Una hora después, me quitaron la aguja que traía mi espalda. Lo único que me dolió fue quitarme la cinta de mi piel. 
La primera visita que tuve fue de mi abuela, que estuvo conmigo un buen rato haciendo de relevo a mi mamá para que pudiera bañarse, cambiarse y desayunar. La segunda visita fue de mi estimado profesor y asesor de tesis. Me alegró verlo y me pido que me cuidará mucho. Me dio unos días para dejar la tesis y recuperarme. Una preocupación menos. Luego llegaron unos viejos amigos de mi universidad. Me alegró ver rostros jóvenes. Cada visita que pasaba, tenía que contar la historia una y otra vez, tanto así terminaba resumiendo la historia. Con los caballeros tenía que omitir las partes intimas de la historia. Luego llegó una tía a cuidarme, fue agradable su presencia. Luego llegaron más amistades y me sentía mejor, poder hablar con mis amigas. Muchas se preocuparon por mi, se espantaron cuando les mandé el mensaje con la noticia y se alegraron de que me encontraba bien. También recibí llamadas de mis primos. Mas noche, llegaron mis tíos mas jóvenes y animaron la reunión.
Me dieron de alta ese día. Solo que salí casi a las 10pm. Llegue a la casa y enseguida tome medicamentos. Ya esta harta de tomar pastillas. Prepararon mi cama, me acosté y enfrentaba un nuevo problema: Yo acostumbro dormir boca abajo, así que terminé durmiendo boca arriba. Muy incomoda.

DEPRESIÓN POST-CIRUGÍA
Llegue a deprimirme al día siguiente. Quiero pensar que era por los efectos de la anestesia y por toda la conmoción de la cirugía. No quise comer nada sólido. Lo único que podía comer eran licuados, sopas y caldos. No quería comer carne, pan, nada lo que tuviera grasa. Me daba asco. Me daba miedo comer y todo debido a los frecuentes vómitos que tuve. No quería sentir esa sensación otra vez. Tampoco tenía ánimos de salir, estaba acostada todo el tiempo, dormía mucho, veía la tele constantemente, con decirles que no quería tocar mi laptop. No me apetecía arreglarme, no quería nada. Tampoco recibía visitas, eso me deprimía mas. Estuve así por tres días. El lunes siguiente ya me había regresado el gusto por comer cosas solidas. Fui recuperando mi ser. No quiero volver a deprimirme así. Me asustaba. No se si realmente se sienten así los enfermos, pero creo que ahora los entiendo. El martes la doctora me quitó los puntos y no dolió. Bajé 4 kilos en una semana (el secreto es morirse de hambre). Todavía tenía que estar en reposo en casa, pero ya podía hacer cosas, como estar en mi escritorio y terminar trabajos pendientes.

¿QUE PASO DESPUES?
Bueno, oficialmente ya estoy dada de alta. Ya puedo salir. En estos momentos, estoy terminando unos trabajos de diseño, regresé a mi despacho (reabrí el changarro). Tengo que ponerme a trabajar con mi tesis, mi nueva meta es terminarlo en abril. Ya lo tengo pegado en todos lados para que no se me olvidé. Espero que otro órgano no llegue a infectarse, porque a este paso jamas lo voy acabar.

Creo que ahora si me pase de la rayada con este post. Pero tendrán que leer de aquí hasta que me vuelva reportar. Gracias por leer y nos vemos en el siguiente post. 

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